Continuamos durante unos días más con los disfraces de Halloween que podéis poneros para dejar aterrados a todos los asistentes a vuestra fiesta.
La propuesta que os traemos hoy es el disfraz de esqueleto. Este disfraz, si queremos realizarlo en casa, requiere un poco más de tiempo y destreza que los anteriores, pero será fácil, no os preocupéis. En cualquier caso, como siempre os decimos, los más perezosos o los que no tengan tiempo suficiente, siempre pueden acudir a alguna tienda de disfraces. Todas las propuestas que os hemos hecho hasta ahora son lo suficientemente clásicas para que puedan ser adquiridas fácilmente en cualquier establecimiento de este tipo.
Empecemos, pues. Lo primero que necesitaremos para su confección es una tela negra. A diferencia de lo que os aconsejábamos en el disfraz de Drácula, ahora puede ser del tipo que queráis, todo depende de la temperatura que vaya a hacer y del dinero que os queráis gastar en el género. Lo único imprescindible es que sea negra.
Una vez conseguida la tela, tendremos que diseñar y coser nuestro traje. Éste puede ser una única pieza o, si os resulta más cómodo, una parte de arriba y unos pantalones. Eso sí, tanto para chico como para chica, quedará mejor si la parte de abajo son pantalones. Con falda el disfraz quedaría un poco raro, aunque…¡todo es cuestión de echarle imaginación!
Cuando ya tengamos nuestro traje negro, debemos conseguir los huesos. Esto podemos hacerlo de varias maneras:
- Podemos hacer una plantilla con todos los huesos del cuerpo humano ( lo más importantes, ¡si no nos eternizaremos!) y con ella pintar de blanco las formas de los huesos sobre la tela. Si conseguís pintura que brille en la oscuridad seréis los reyes de la fiesta.
- Dibujar las formas de los huesos en una tela blanca e ir cosiéndolas en el traje negro
- Conseguir papel adhesivo blanco, utilizar la plantilla, recortar las formas resultantes y pegarlas sobre la tela.