Aunque antiguamente la noche de fin de año era tan familiar como la de Navidad, con el paso de los años, esto ha cambiado. La celebración de Nochevieja se ha convertido en la excusa perfecta para participar en fiestas que duran toda la noche. Lo más común es que las personas cenen y se tomen las uvas en sus casas con su familia. No obstante, una vez han terminado los brindis de rigor, apenas quedan unas cuantas migajas sobre las bandejas de turrón y la abuelilla empieza a cabecear, empieza la segunda fiesta.
Con el nuevo año, los jóvenes –y no sólo éstos– aprovechan para reunirse en fiestas de mayor o menos envergadura. Tanto da una pequeña reunión entre amigos en un piso de soltero como una macrofiesta en la discoteca de moda: la cuestión es pasarlo bien y lucir nuestras mejores galas para iniciar el año con buen pie.
El hecho de tener que comprarnos un traje, ir a la peluquería y maquillarnos puede ser tan costoso como tedioso, precisamente en un día en el que vamos a tener que aguantar muchas horas despiertos. Es muy difícil que conservemos intacta nuestra estética y es muy posible que nuestras prendes se deterioren (una lástima). Por eso, podemos tomárnoslo con humor y, en lugar de organizar una pasarela de modelos para nuestra fiesta, optar por un plan más original: una fiesta de disfraces.
En el caso de que seamos nosotros los anfitriones y deseemos que nuestra fiesta pase a los anales de nuestra vida, tenemos que tener en cuenta varias cuestiones. Para facilitaros el trabajo, os hacemos un breve glosario puntos a considerar:
1. Date tiempo: sería importante que lo acordaseis por consenso y con cierta antelación para que la gente no se agobie llegado el momento de confeccionar su traje.
2. Elige un tema divertido: un época concreta (las décadas se llevan mucho: años veinte, sesenta, ochenta, etc.); personajes de película, cómic, videojuegos, cuentos populares…;personajes históricos, animales. Incluso podéis disfraros unos de otros por sorteo e interpretar comportamientos.
3. Decora la vivienda o local en consonancia con el tema elegido.
4. Elige música apropiada.
5. Organiza un concurso de disfraces: puedes tomártelo en serio o crear premios de broma. Para esto puedes hacer diplomas con cartulinas o medallas e incluso trofeos con fimo o plastelina. Incluso puedes confeccionar aperitivos temáticos: por ejemplo, haces una fiesta de las mil y una noches, podrías poner dátiles, humus, cuscus o dulces típicos. Todo depende de tu presupuesto, tiempo, ganas e imaginación.
Lo más importante es que crees un clima en el que pasarlo bien. Y el hecho de elegir una fiesta temática es la ocasión para que se den más oportunidades para reír y recordar el paso a un nuevo año en la mejor compañía.