Dios sabe que quiero a mis sobrinos, pero estos días de lluvia hace que se me olvide a veces… No podemos ir a dar una vuelta, ni jugar en el jardín. Lo único que quieren es jugar con mi vieja consola o engancharse a la tele. Si a ti, querido leyente, te pasa como a mi, te diré la solución: cajas de cartón.
Acuérdate de cuando eras un niño, cómo te entretenías con poco y la de horas que podías estar así. Eso es algo innato en los niños, aunque los veas imposible hoy en día con tanta tecnología. Solo hay que fomentar su creatividad y es justo lo que vamos a hacer. Y todo gracias a una caja de cartón.
El robot, todo un clásico
Toda una leyenda de los disfraces, creo que todos los niños (y no tan niños) lo han llevado alguna vez. Cogeremos la caja dejando la abertura en la parte de abajo, dejando el culo hacia arriba. Después trazaremos una circunferencia grande para la cabeza, y a los lados para los brazos. Una vez hecho el cuerpo, sólo queda mejorarlo.
Podemos pintarlo o bien forrarlo con papel de aluminio. Si le pegamos tapones de refrescos podemos hacerle los botones para darle mas realismo. Incluso podíamos hacerle con una caja más pequeña la cabeza. En la que dibujarle una boca que simule un sensor de sonido, con barras de gráficos que suban y bajen.
Palomitas de maíz
¡Un disfraz de cine! Siguiendo el procedimiento del robot, hacemos los huecos de la cabeza y los brazos. Una vez teniendo agujero para las extremidades, pintaremos la caja a rayas anchas rojas y blancas, que será perfecto con tempera. Solo pintaremos en vertical, la parte superior ira de otra forma.
Ahora, tocará arrugar hojas de papel, haciendo bolas. Podemos hacer de diferentes tamaños y evitaremos que se queden compactas. Las palomitas se quedan abiertas, y queremos conseguir esa sensación. Después las pegaremos en la parte superior amontonándolas. Puede mejorar el disfraz si con un papel amarillo escribimos la palabra “popcorn” y pegamos en el frontal.
Vuelta en globo
El disfraz más original, a mi parecer. Necesitaremos quitar lo que es el culo de la caja, dejando sólo los laterales. Una vez quitados, podemos dejar el cartón bruto o dibujarle con rotulador negro un trenzado imitando al mimbre propio de las cestas.
Ahora vendría la parte mas complicada, que sería rellenar varios globos de colores de helio, que haga que floten, atándolos con cordeles a la cesta.
¡Y ya está la tarde echada!