No todas las ancianitas son inofensivas y vulnerables, como bien lo demostraba la abuelita de Piolín cuando se enfadaba con el gato Silvestre al encontrarlo tratando de abrir la jaula de su lindo canario. Cada cierto tiempo aparece una señora entrada en años y con mayor dosis de mala leche para diversión del público y para inspirar los disfraces más divertidos.
José Mota ha triunfado con la vieja del visillo, uno de sus personajes más populares y malvados. Tiene éxito porque todos conocemos alguna cotilla que espía tras las cortinas los movimientos de todos sus vecinos para criticar y criticar luego con sus amigas. Incluso a sus amigas a la mínima que una falte a la reunión diaria dónde se administran los “repasitos” a todo el barrio.
Un disfraz casero muy sencillo
Y en el fondo, todos llevamos dentro algo de la vieja del visillo, así que ¿por qué no lo sacamos fuera y nos divertimos disfrazándonos de la popular señora? Un traje pasado de moda de alguna de nuestras abuelas, falda por debajo de las rodillas de corte recto y oscuro, un moño bien tensado y una rebequita mal abrochada y algo raída y ya tenemos atuendo.
Si lo completamos con unas medias arrugadas en los tobillos y unas zapatillas de paño más bien estiradas seremos todo o toda una aprendiz de espía tras los cortinajes. No olvides su característico gesto con la mandíbula bien tensa y marcada y esa mirada amenazadora que hace temblar a más de uno al insinuar que conoce todos los secretos que oculta.
Y si preferimos las más clásicas…
Entonces nuestra vieja para caracterizarnos es sin duda la Blasa, otro personaje de José Mota, esta con menos maldad pero con igual grado de simpatía, que triunfa en sus programas de humor. La Blasa es la típica vieja de pueblo, vestida totalmente de negro y con un pañuelo que le tapa el pelo.
Para ser una Blasa de manual no pueden faltar las gafas con uno de sus cristales totalmente opaco no se sabe bien si por los arañazos del tiempo o por una graduación exagerada que nos difumina la visión de sus ojos.
Así que en las fiestas de disfraces de este año, las dulces y venerables ancianitas (ejem ejem) triunfan por méritos propios: disfraces caseros sencillos, aptos para hombre y mujeres, fácilmente reconocibles y personajes de moda que gustan a todo el mundo.