Hoy, dentro de la serie que le estamos dedicando a los disfraces para Halloween, os proponemos otro clásico: el disfraz de diablo.
Este disfraz, al igual que otros que ya os hemos ido comentando, puede adaptarse a todas las edades y sexos. Así que, incluso, podréis ir toda la familia vestida de malvados diablos. Os daremos las pistas para realizar de forma sencilla este traje.
Los «ingredientes» básicos que necesitaréis son ropa en tonos rojos y negros, unos cuernos, una cola y un tridente. Con estos cuatro elementos ya podréis decir con toda la razón del mundo que vais vestidos de diablos.
Al igual que está abierto a distintas edades y sexos, también podéis abarcar un amplio abanico de prendas de ropa.
Por ejemplo, para mujer, podéis haceros con una falda de tul y una camiseta roja, aunque si queréis también podéis lucir cuerpazo con algún vestido apretado de este mismo color. También podéis combinar estas prendas con algunas de color negro. En otras palabras, ropa más o menos femenina, a poder ser con faldas y, sobre todo, de color rojo. En cuanto al calzado, podéis poneros cualquier tipo de zapato, evitando zapatillas de deporte o similares. Si tenéis algunos zapatos acabados en punta estaréis genial.
En el caso de los hombres es más sencillo. Se pueden vestir con cualquier pantalón negro y una camiseta o camisa roja. Si se tiene ninguna camisa roja a mano también podríamos utilizar una blanca y añadir algún toque rojo, como una corbata o una pajarita. En cuanto al calzado, sirve casi cualquiera, salvo zapatillas de deporte. Nadie se imagina al diablo haciendo footing, ¿verdad?
Si tenemos niños, podemos convertirlo en pequeños diablillos poniéndoles cualquier tipo de ropa roja (sin dibujos, a poder ser) y maquillándoles un poquito la cara de este color.
El resto de accesorios (los cuernos, la cola y el tridente) también podemos fabricarlos con algunas cosas que tengamos por casa pero, de todos modos, se pueden encontrar fácilmente en cualquier tienda de disfraces.
Ahora, simplemente os queda meteros en el papel pensando que sois los seres más malvados del mundo.