El Entierro de la Sardina es una celebración que se organiza en casi todos los carnavales del mundo que conmemora el final de la fiesta. Pese a las variaciones, por término general suele ser un desfile por las calles de las diferentes ciudades. Durante el desfile la gente, que va disfrazada, canta y baila. Por otro lado, simulan llorar, en un tono plañidero cómico, debido a cuán “afectados” se sienten por la muerte de la sardina dichosa.
La sardina suele representarse empleándose grandes recursos. Suele tener grandes dimensiones y viajar sobre una carroza, en la que hay un ataúd proporcional a la sardina, en donde va metida. Por otro lado, junto a la carroza suele ir una comitiva, que impulsa el inicio de los llantos colectivos, con sus actuaciones; por otro lado, van ataviados como los personajes de un entierro convencional: viudas, viudos, sacerdotes, etc.
El carnaval precede a la Cuaresma, un tiempo que discurre durante los cuarenta días previos a la celebración de la Pascua cristiana. La Cuaresma, tradicionalmente, es un tiempo en el que prima la represión de los sentidos, la tristeza y la penitencia.
Por eso, cuando el Carnaval finaliza, requiere una despedida por todo lo alto, en la medida en que, históricamente, se daba un fuerte contraste. El carnaval es el tiempo más permisivo y de mayor alegría del año y muere para dar paso a un tiempo absolutamente opuesto. De hecho el Entierro de la Sardina coincide en fecha con el pistoletazo de salida de la Cuaresma: el miércoles de ceniza.
Hoy en día estas diferencias no se notan apenas en la vida cotidiana actualmente. No obstante, la costumbre del Entierro de la Sardina no ha dejado de celebrarse con el tiempo, sino todo lo contrario.
El Entierro de la Sardina simbolizaba también el entierro de todo lo que antiguamente se consideraba pernicioso, vicioso o desenfrenado. Era una forma de ocultarlo para pasar la página que conducía inevitablemente a la penitencia. Enterrar la sardina suponía empezar de cero. Lo que hoy apenas se conserva es el significado redentor de los pecados de antaño.
En lo que respecta al origen de la fiesta, existen diferentes teorías. No obstante, una de más plausibles afirma que esta tradición se originó con la costumbre cristiana de enterrar un costillar de cerdo al que, por su forma, se llamaba sardina. Esto simbolizaba la prohibición de comer carne a la que se sometían los cristianos durante la Cuaresma. Según otras teorías, la sardina era un símbolo del ayuno y la abstinencia que estaban por venir.
A la hora de participar, puedes acudir disfrazado y participar en el desfile. No obstante, si no te quieres implicar tanto, puedes ir, como muchas personas a ver el paso de la comitiva con tus familiares y amigos.