Durante los últimos días del año, a lo largo de la geografía española, se organizan variantes de una carrera con renombre: la San Silvestre. Aunque la fecha original es el día 31, la primera carrera navideña importante, se organizó en Cercedilla el día 17 de este mes.
Aunque muchos corredores profesionales participan en ellas, es bastante corriente que el hecho de correr estas carreras venga acompañado del apoyo a alguna causa navideña (como el ejercicio o una vida saludable, o independientes de la carrera, como la integración racial u homenajes a figuras). Por ejemplo, la San Silvestre malagueña de este año ha seguido el lema “Por la prevención de la obesidad”. En definitiva, nos encontramos con una actividad que es mitad deportiva, mitad lúdica. En este sentido, cada año es más común que los corredores acudan disfrazados a la carrera para llegar, como una fiesta, a la meta.
Cuentan desde Málaga, que antes de que se iniciase la carrera, llamaron especialmente la atención un grupo de jóvenes que iban pintados de azul, como guiño a la película Avatar. No obstante, poco se descubrió al grupo de los disfrazados: según se inició la carrera, los corredores profesionales quedaron al frente, mientras que todos los disfrazados se movían por detrás. Había disfraces muy originales: Barbie en su caja, Ferrero Rocher, mariquitas, galletas, presos, etc. Incluso algunos haciendo alusión a la actualidad social (Marta Domínguez detenida por la guardia civil).
En Nules (Castellón) se desarrolló ayer una carrera que, aunque era más modesta, tampoco le faltaron corredores disfrazados. Para animar la fiesta, en esta tercera edición, aparte de los premios deportivos, hubo un premio para el mejor disfraz. Y, según han contado, es bastante divertido: el peso del ganador en clementinas. En todo caso, esta iniciativa no es única: en la medida en que la San Silvestre es una carrera popular en fechas navideñas, hay más organizadores que se acuerdan de premiar a los disfrazados que lo contrario. Después de todo, esto publicita las localidades y anima a la gente a participar.
Por ejemplo, en la San Silvestre de la Virgen del Camino (León) encontramos disfraces muy variados: desde árbol de navidad, reno, hasta los clásicos corredores con gorritos de Papá Noel.
En definitiva, a un mes de carnaval, en estas carreras se disfraza toda la familia: ya acuda a participar o sea como público. Entre los motivos, destacan los clásicos navideños. No obstante, es corriente encontrar cualquier cosa: desde trajes que ironizan con los temas de actualidad, dibujos animados, o personajes de película.
Aún quedan unos días hasta el 31, fecha en la que se dan la mayor parte de las carreras. Por lo tanto, aún estás a tiempo para correr y disfrazarte, ¿te atreves?